(Reflexións Dr. Cesáreo - II)

PROPUESTAS ECONÓMICAS Y SOCIALES.

Por Cesáreo González Yáñez (Médico)


Propuestas económicas y sociales para un momento como el actual en España

En España el llamado Estado del Bienestar adquirió características totémicas, pero es preciso financiarlo con los recursos de los españoles. Y ello no se puede conseguir sin antes crear riqueza.

Para ello es preciso establecer más competencia, como base esencial de la economía de mercado moderna, polo y lugar en el que el país se encuentra (Europa occidental versus Unión Europea).

Reducir la intervención en los mercados y cambiar su regulación para que el beneficio obedezca a razones de libre competencia, lo que de forma natural impulsa la productividad y ésta es la que nos hace competitivos en un mundo de economías globalizadas.

Los estados de bienestar en el norte de Europa se logran mantener porque ahí existe un mayor margen de libertad. En Holanda el sistema de Seguridad Social es totalmente privado. En Dinamarca está caracterizado por un enorme margen de libertad. En Suiza el aseguramiento de salud es privado, con libre elección de prestador del servicio por parte del paciente (competencia). El Centro puede ser público, pero la prestación es pagada por una aseguradora privada, sin que exista cobertura pública más que para accidentes laborales. El ciudadano elige su aseguradora libremente, tanto para su salud como para su coche.

La riqueza que mantiene al estado de bienestar se genera en el mercado y éste debe ser libre (también libre de los políticos), competitivo y flexible. Los subsidios y el amiguismo son las lacras de esa flexibilidad y generan un capitalismo “castizo” y muy dependiente del poder político. España es un claro ejemplo de esa situación.

Para lograr otras sendas: estabilidad y justicia del Estado de Bienestar, son necesarias reformas integrales y propuestas originales, pero ya probadas en otras naciones:
1. - Eliminar los impuestos directos a personas mayores de 65 años.
2. -Abolir el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.

Según los expertos ambos impuestos apenas tienen impacto en la recaudación, pero su efecto para creación de actividad es muy negativo. Ambas decisiones atraerían a esas personas de otros países de Europa y harían de España la Florida de Europa, ya que vivir en España tendría un gran atractivo para muchos jubilados europeos.

Otra reforma no menos necesaria es la Reconversión Laboral con una transición hacia unas nuevas fórmulas de empleo. Se considera por expertos de Fedea que se podrían crear 1 millón de puestos de trabajo en el campo de los servicios profesionales.
Estar en el Euro nos conduce al camino adecuado.
Inicialmente la moneda única nos llevó a la burbuja inmobiliaria, por el llamado efecto riqueza. A pesar de ello la productividad bajaba en esos años y el modelo no podía ser compensado a base de devaluaciones competitivas como en épocas anteriores, pues el Euro funciona como un corsé, por cierto muy útil y necesario, que nos ha obligado a afrontar las reformas pendientes, no realizadas antes en otras crisis, resolviendo los síntomas de la enfermedad pero no la patología principal. Argentina es hoy mismo un claro ejemplo de esa prolongada desgracia.

Las reformas implantadas, en parte sin duda por las “presiones” de nuestros socios europeos, están siendo útiles y comienzan a presentar resultados positivos. Sin embargo quedan esfuerzos por hacer y necesidad de persistencia en el empeño, para ir cuadrando las múltiples ineficiencias que nuestro sistema mantiene, entre ellas la del mercado laboral, cuya dualidad protege a unos fuertemente y deja a otros a la “intemperie”. Los expertos consideran que sería una importante aportación la existencia de un “contrato único”, dotándolo de un esquema más gradual que elimine la rigidez obteniendo la flexibilidad y a su través la competitividad y la eficiencia.

Esta rigidez del mercado laboral explica porqué España, con una crisis similar a la de otros países de la Unión Europea, alcanzó un nivel de desempleo que desborda largamente la de otros países, incluso más pobres, pero que tenían sistemas de empleabilidad más flexibles que nosotros.

No debo eludir citar un elemento básico que considero imprescindible mejorar en España para lograr no solo crecimiento sino también que éste esté basado en la adecuada adaptación al mundo, ya no futuro, sino actual: LA EDUCACIÓN. Como es bien sabido España posee una Universidad obsoleta y no cumple su verdadera función. Estadísticas bien conocidas así lo indican.

En España no se educa ni se enseña. Es decir no se forma. Se memoriza para pasar un examen. La propia Universidad no innova, existiendo un desfase entre los contenidos académicos y el mercado. La integración del profesorado, en general, es escasa, tanto en cuerpo como en alma. Hoy, sin una enseñanza-educación a la altura de los tiempos no podemos ser un país competitivo. La Nueva Economía necesita de esa formación. La excepción, como es sabido, son las Escuelas de Negocios (I. E., IESE, ETC.) que están entre las diez mejores del mundo. Pero no son de titularidad pública y el profesorado es elegido solo por su valía (competencia).

Finalmente existe otro problema a resolver en nuestra querida España: EL ESTADO DE LAS AUTONOMÍAS. El ejemplo de Cataluña lo singulariza.
Quizás lo más razonable sería un “Federalismo Fiscal”, como indican expertos. Ello obligaría que cada Comunidad tendría que responder y asumir las consecuencias de sus decisiones económicas y fiscales, de forma que cada una cargue con sus riesgos y beneficios económico-fiscales, impulsando con ello la competencia entre regiones, que sería muy sana. Un pequeño ejemplo ya existe: El País Vasco (cupo vasco). Quizás ese hecho contribuya en algo a qué esa región sea la de mayor productividad y menor paro de España. Posee un PIB doble que Extremadura o Andalucía. En conjunto podríamos resumir:

DE LO QUE SE TRATA ES DE:
** Máxima libertad posible, para acertar y para errar.
** Lograr mayor beneficio social. Repartirlo mejor.
** Poner los medios para que la libertad individual y colectiva sea guía, para bien y para mal, de nuestros esfuerzos. El premio al esfuerzo es incentivador.
** Flexibilidad: laboral y económica.
** Control estatal del buen funcionamiento del Sistema, pero con las menores injerencias posibles. LA LEY es la que debe supervisar. Más Estado supone más poder político. Las consecuencias de tanto poder las hemos visto en todos los asuntos de corrupción política y bancaria (Cajas de Ahorros) que llenan los juzgados, pero no las cárceles.
** Autonomías con la máxima libertad fiscal posible, quedando una parte menor para el Estado, que le permita ejercer una acción de asuntos comunes (exteriores, ejército, educación, sanidad), pero cuyo máximo peso y prosperidad venga de los ciudadanos de cada región, en base a su esfuerzo, preparación y organización.

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