EL
EURO Y LA PRUEBA DEL NUEVE Ataulfo
Reza Zorelle
- La letra indica el país en donde se imprimió el billete de acuerdo con una tabla convencional. Así, por ejemplo, España coloca una V, Portugal una M, Francia una U, etc. (Este país no tiene por qué coincidir con el país en donde se pone el billete en circulación. Esto lo marca el BCE.) - Los 10 dígitos siguientes forman un número de orden, correlativo, y - El último número es un número de control. Es el que condiciona “la prueba del 9”. Se pone ex profeso para conseguir un resultado determinado después de estimar un “valor” para toda la numeración.
¿Cuál es el procedimiento para “valorar” esa numeración? Primero
a la letra se le asigna el valor equivalente a su orden en un
abecedario de 26 letras, es decir, sin los dígrafos (ll, ch,
rr) y sin la Ñ, pero con la W. Así la A=1; la
B=2, etc. hasta la Z=26. La
V de España equivale
a 22. Sabiendo esto tenemos que sumar ese valor de la letra
más el valor de todos y cada uno de los dígitos
que le siguen. El número resultante hay que dividirlo por 9
y lo que nos interesa es el “resto” de la
división. Este “resto” tiene que ser
igual a 8 porque si no es así es clara señal de
que el billete es falso. Precisamente para que esto sea así
el último dígito no es correlativo
sinó que es un número calculado, que se pone a
modo de complemento para que dé ese
“resto” de 8.
Pero lo curioso es que (no sé si
conscientemente o no) la operación descrita es precisamente
la de la prueba del nueve. En esta se suman todos los
dígitos y se vuelven a sumar, las veces que haga falta,
hasta que el resultado queda reducido a un número menor que
9. El resultado es el mismo que explicamos en el párrafo
anterior. Veámoslo con un ejemplo práctico que es
la mejor manera de entenderlo.
Tenemos un billete con la siguiente numeración: V123456789013
Recordando que la V vale 22, sumamos:
22
1
2 3 4 5 6 7 8 9 0 1 3 = 71; 7 1 = 8 => La numeración es buena. El billete siguiente, el correlativo en la cadena de impresión, tendría que llevar el número V123456789022. Sumados sus dígitos da tambien 71. Y 7 1 = 8, pero tuvimos que “forzar” el último dígito y poner un 2 para conseguir el resultado 8.
Tanto en un caso como en el otro la operación “oficial” sería dividir 71 entre 9 y ver si el resto es 8. (En lenguaje informático sería “71 MOD 9 = 8”) Veamos: 71 / 9 = 7 8/9.
Es decir, 7 con un resto de 8. Este resto = 8 es la
condición necesaria que nos indica un control correcto. Pero esta
operación [calcular
el resto de una división por 9] es,
¡precisamente!, el fundamento de “la prueba del
9”. (En
esta lo que teóricamente hacemos es restar sucesivamente la
cantidad nueve a las distintas sumas de los dígitos hasta
que ya no se puede restar más y nos queda un resto. Si
tenemos el número 55 y hacemos 5 5 = 10 y 1 0 = 1 es lo
mismo que si a 55 le restamos 9 seis veces. Tambien da 1. Ambos
precedimientos coinciden, a su vez, con el resto de la
división por 9.)
Aceptémoslo como un homenaje de la UE a todos
los que de niños usamos ese método. Haz la prueba del 9 con ese billete que te queda en el bolsillo. A ver si es falso o no.
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