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A
propósito de Garachico.
Por
Ataulfo Reza Zorelle
Garachico
es un ayuntamiento de la provincia de Tenerife con una
población de algo más de 5.000 habitantes. El
pasado día 8 de este mes de Marzo, Dia Internacional de la
Mujer Trabajadora, el PP de Tenerife hizo la presentación de
la lista candidata en las próximas elecciones al citado
ayuntamiento. Esa lista está formada integramente por
mujeres. Sí. Todas mujeres: 13 candidatas y 3 suplentes.
Pero “velaí” que el dia 15 el Congreso
de los Diputados aprueba la Ley de Igualdad que obliga a los partidos
políticos a que la representación de cualquier
sexo en las listas electorales no esté ni por debajo del 40%
de la lista ni por encima del 60. Todo ello aplicable a los municipios
de más de 5.000 habitantes.
En Garachico están
desolados porque su originalidad se les puede ir al garete.
¿Por qué esa
lista así? No es mi intención tratar este tema
particular (sus razones tendrán) sinó el problema
general que esa lista y esa ley dejan al descubierto.
Somos tan modernos y progresistas que
hemos conseguido que de lo politicamente correcto a lo politicamente
estúpido no haya apenas nada más que un
insignificante paso. Sabemos que históricamente la mujer
estuvo discriminada y que, actualmente, aunque se haya adelantado mucho
en este terreno y, en la teoría, se niegue esa
discriminación, en la práctica aún
sigue existiendo en buena medida. Pero no es con leyes coercitivas,
imperiosas y dictatoriales como se ha de solucionar. La actitud y la
mentalidad de la gente no se cambian a golpe de Boletín
Oficial.
Lo que sí pasa es que tras
esta ley se esconde una evidente actitud machista. Y por eso,
ésta es una ley machista. Una ley machista de gente que se
quiere curar en salud. ¿Quieres saber qué ocurre?
Pues que se dieron cuenta de que la mujer, poco a poco, le va comiendo
terreno al hombre: En las Universidades hay más mujeres que
hombres, estudian mejor y se titulan más. En las oposiciones
importantes pasa lo mismo: la proporción de mujeres en
puestos como judicaturas, fiscalías, notarías,
registros, etc. cada vez es mayor. Otro tanto pasa en
oposiciones de otros niveles: administrativos de los organismos
públicos, por ejemplo. Ante esto, los machistas que
están en el poder están alarmados. Temen ser
desplazados por las mujeres. Para evitarlo, o cuando menos para poner
un coto, se inventan esto. (Disimulando, claro. Haciéndonos
creer que es por el bien del sexo femenino.) Y lo que vendrá.